9.11.07

Las Leyes de la equivalencia.

Pareciera que en nuestros tiempos ignoramos el origen de las más nobles y utilizadas costumbres.

Uno de los secretos de la alquimia, el ingrediente que le permite el éxito, es la equivalencia, pues, como el ave fénix, hay que dar algo para recibir. Alphonse y Edward Elcric aprendieron esto pero de la peor manera, pero lo que aprendieron les ha servido.

Ellos, después de haber terminado sus aventuras, utilizaron sus técnicas de la magia para poner un negocito.

Gracias a la alquimia, podemos almorzar todos los días en lo que se conoce como corrientazo, pero que debería llamarse restaurantes alquimistas, pues se puede transmutar las sopa por huevo, el huevo por más arroz, las papas por tajada, la carne por salchicha, o inclusive los sobrados por más juguito.






Cuando coman a $3.500, recuerden los trágicos orígenes que nos permiten dejar a un lado lo que no queremos, y podemos gozar más de lo que nos gusta gracias a la transmutación, a las equivalencias... Al y Ed no pudieron revivir a su amada madre, pero nos dieron en la vaina del gusto.

Pero donde quiera que se encuentre, estaría orgullosa de ellos.

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